Plaza Sant Felip Neri (Barcelona)

domingo, 17 de enero de 2010

En la Barcelona medieval, justo entre el barrio gótico y la pequeña judería, un recóndito rincón decansa susurrando al turista que pasea buscando fotos para sus recuerdos, que bien merece ser cuanto menos visitado.


De esquivo acceso y apenas a 50 metros de la Catedral, se encierra la plaza Sant Felip Neri. Aunque se oculta tímidamente, hay dos vías de arribada por donde adentrarse a esta joya del casco antiguo; una a través de un bonito arco perteneciente a la calle Montjuïc del Bisbe que comunica prácticamente con la Catedral, y una segunda atravesando un callejón que desemboca a la calle Sant Sever perteneciente al barrio judío.
La plaza recibe el nombre del santo (predicador jesuita, Florencia 1515 - Roma 1595) a quien está dedicada la iglesia situada en este lugar, una iglesia de estilo bárroco que se construyó entre 1721 y 1752.

En el centro de la plaza, donde antiguamente se había ubicado el cementerio de Montjuïc del Bisbe, hay una fuente que constribuye a dar a esta placita la última pincelada de encanto.
Actualmente el convento que perteneció a la iglesia, se ha convertido sin retocar la fachada auténtica en un colegio, por lo que en horas de recreo se pueden ver grupos de chiquillos jugueteando alrededor de la fuente. Niños que corren ingenuamente sin ningún temor a nada, siendo conscientes que en este rincón se está a salvo del imprudente tráfico urbano.

Comparten una esquina de la plaza, un hotel (Neri) y el museo del calzado. El museo muestra calzado desde el siglo II al XVIII y zapatos auténticos desde el siglo XVIII hasta la actualidad. También se conservan herramientas de zapatero, maquinaria y todo tipo de pieles y útiles propios del oficio. Existe un apartado dedicado a zapatos de personajes ilustres o populares, entre los que destacan los de Pau Casals y Charlie Rivel, así como puede contemplarse el zapato de Colón, de dimensiones iguales al pie de la estatua, que logró figurar en el famoso libro de récords Guinness como el mayor zapato del mundo


El 30 de Enero de 1938, en plena guerra civil, la plaza fue escenario de un intenso bombardeo por parte de la aviación franquista. Era el primer ensayo de bombardeo por saturación sobre una ciudad europea. La cosa consistía en atacar una zona y volver a hacerlo al cabo de poco tiempo. Se consigue así causar víctimas, no solo entre los ocupantes de las viviendas, sino también entre las personas que han acudido a prestar socorro. La primera explosión es lo que hoy llamaríamos una bomba trampa.
Imagen tras el bombardeo de 1938


En Sant Felip Neri, este ataque orquestado por la aviación italiana, tuvo lugar a las 9 de la mañana. El segundo, poco después de las 11h. Los lugareños se encontraban escondidos en el sótano de la iglesia. Desgraciadamente, al no ser construido como refugio de guerra, no sostuvo el impacto de la lluvia de explosivos. Hubieron 42 muertos, la mayoría de ellos niños. Las cicatrices de aquel desastre perduran en la fachada de la iglesia. Dicen que a veces la memoria borra los malos recuerdos, pero los mordiscos de la metralla en la puerta del templo seguirán rememorando aquel día fatídico.






Placa conmemorativa a las víctimas del bombardeo








El atractivo recoveco no ha pasado desapercibido a personajes del mundo artístico, como Carlos Ruiz Zafón que plasma el lugar en su exitosa novela La Sombra del VientoWooddy Allen hace a la plaza protagonista en su film Vicky Cristina Barcelona, al igual que Tom Tykwer en El Perfume, que esta vez la utiliza para recrear un París del siglo XVIII.
















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