Castillo de Olérdola (Barcelona)

miércoles, 31 de marzo de 2010


El castillo de Olérdola se alza sobre un cerro llamado Sant Miquel de Olérdola, en la localidad del mismo nombre, de la comarca del Alt Penedés, provincia de Barcelona. No es un realmente un punto demasiado conocido pero por lo contrario si muy interesante. Asentamiento prehistórico, poblado íbero, fortificación romana, ciudad medieval y amplias panorámicas de las comarcas del Penedés y Garraf. Un combinado que invita a una realizar un paseo mientras se recibe una buena lección de historia, y se contempla en que condiciones vivían nuestros antepasados.





Nada mas pasar la entrada al conjunto histórico, encontramos a la derecha el centro de interpretación donde se exponen restos pertenecientes a este yacimiento. 



UN POCO DE HISTORIA
La montaña de Olérdola ha sido un enclave estratégico habitado sucesivamente por el hombre desde la edad de bronce (poco menos de 4000 años atrás) hasta la época medieval (s. XII). Las claves de esta reiterada ocupación es la inmejorable situación geoestratégica, los riscos que envuelven la montaña y la disponibilidad de recursos de agua.

De los primeros poblados tan sólo se han hallado los restos de alguna cabaña y de herramientas y atuendos. El primer poblado amurallado data de los inicios de la edad de hierro (s. VIII-VII aC). Durante este tiempo se construyó la primera muralla, en el mismo lugar donde más tarde se levantará en vallum romano. El muro cerraba el único sector accesible de la montaña y estaba construido con bloques de piedra sin pulir. Las casas y calles de este poblado fueron arrasadas por las construcciones posteriores y tan solo hay conocimientos de algunas viviendas adosados a la muralla.

Entre los s. V-IV y I aC, Olérdola fue ocupada por los costéanos o cessetanos, una de las tribus del pueblo íbero. El oppidum era de considerable extensión y sus numerosos habitantes se instalaron en la parte baja de la plataforma rocosa, adaptando la estructura preurbana a la orografía del terreno y reaprovechando la muralla ya existente.

Entre finales del s. II e inicios de s. I aC, los romanos escogieron la montaña para establecer un campamento militar con el fin de controlar el territorio, en especial la vía que atravesaba las llanuras del penedés. Los iberos olerdolanos fueron asimilando las nuevas costumbres y convivieron más de medio siglo con el destacamento militar romano.

Como un testimonio de la huella romana, se conservan en Olérdola tres obras: la muralla, la cisterna y la torre atalaya. La fortificación fue abandonada en el momento que el territorio es romanizado totalmente y comienza un largo periodo de paz.

Cerca de mil años después fue deshabitada y ocupada por núcleos residuales de población. A los inicios del s. X se desarrolla una ciudad fronteriza bajo los auspicios del condado de Barcelona, aprovechando la estratégica situación y las buenas defensas.

Según la documentación, Olérdola fue fundada por el conde Sunyer, entorno al año 929. A lo largo de s. X, en el marco de las luchas entre cristianos y musulmanes, la civita tuvo un destacado papel en el control y la defensa del sur de la región. Su término comprendía gran parte de las actuales comarcas del Penedés. A mediados del s. XI, en medio de la revuelta feudal contra el poder de los condes, tomaron especial protagonismo los autoproclamados príncipes de Olérdola, Mir Geribert, uno de los principales impulsores.

Con el desplazamiento de la frontera cristiana hacia el sur, a inicios del s. XII, y la pacificación del territorio, se inicia la decadencia de Olérdola y el gradual desplazamiento de la población hacia las llanuras, cerca de los campos de cosecha, el agua y las vías de comunicación. Dentro del recinto fortificado medieval, el espacio se estructuraba en tres áreas. En la parte superior se encontraba la zona militar y administrativa con el castillo en la cima, y más abajo, el área sacra con la iglesia y la necrópolis. La parte baja estaba ocupada por las casas de los vecinos. La ciudad se extendía fuera de las murallas, siendo el lugar más conocido el Pla dels Albats.



MURALLA ROMANA. s. I aC
Defendía el único punto de la montaña que no estaba envuelto por los acantilados. Realizada con bloques de piedra poligonales, presenta una única puerta central y cuatro torres situadas a lo largo de un tramo lineal de 145 metros adaptado a la configuración del terreno.




EDIFICIO MEDIEVAL. s. XII
Edificio de forma irregular del cual se destaca la gran entrada y los pequeños habitáculos que dan a la calle principal, posiblemente talleres o tiendas.




CISTERNA ROMANA. s. I aC.
Se utilizaba para almacenar el agua de la lluvia, que era recogida de la parte superior de la montaña y conducida a través de dos canales hasta una pequeña balsa que hacía de filtro. Su escalera permitía bajar para limpiarla. Su capacidad es de unos 350.000 litros.


El agua de lluvia era conducida a través de dos canales a la balsa de decantación.



AREA DE PRENSADO Y BODEGA MEDIEVAL. s. XI-XII.
En este lugar había una prensa donde se elaboraba el vino y una bodega donde se guardaba en botas. Se observan, tallados en la roca, restos de lo que podía ser una prensa de vino y parte de una bodega semi-subterránea.




CALLE MEDIEVAL. s. X-XII
Con casas situadas a banda y banda, el tramo final de una calle con escaleras talladas en la roca y una cloaca central. Testimonio del trazado urbano de la ciudad medieval.




CASAS Y SILOS MEDIEVALES. s. X-XII.
Durante la época medieval, las casas de la ciudad ocupaban el espacio situado entre la muralla romana y la iglesia. Para construirlas, se utilizaba una técnica parecida a de los Iberos. Los silos son depósitos donde se guardaba el grano. Estaban escavados en la roca.




CANTERA ROMANA. s. II-I aC / s. X-XII.
De ella los romanos extrajeron la piedra para edificar la muralla y la torre-atalaya. A través de la obertura de trincheras se delimitaban las cuatro caras de un bloque y se desprendía del suelo. Se continuó explotando en la época medieval.





IGLESIA PREROMÁNICA. s. X.
De la primera iglesia se conserva uno de las ábsides laterales con puerta de arco de herradura. Elementos decorativos y las piedras de los muros fueron reaprovechados en la iglesia románica. Fue construida entorno al 929 y consagrada en el año 935.



IGLESIA ROMÁNICA. s. X-XII.
s. XI. Sobre el edificio prerrománico se levantó un nuevo templo de dimensiones similares al actual, aunque de menor altura y con dos puertas abiertas en la fachada sur. La cubierta era de madera y el techo de tejas.
s. XII. La ciudad y la iglesia quedaron dañadas después de un ataque de los almorávides, guerreros beréberes, alrededor de 1107. El edificio fue reformado levantando la cubierta y construyendo un cimborrio coronado con un campanario de torre. La puerta se traslado a la fachada de poniente.
Durante la Guerra de la Independencia (1808-14) y la Guerra Civil (1936-39) el interior sufrió daños considerables. Hoy, después de diversas restauraciones, presenta un aspecto similar al que ofrecería en el siglo XII.




NECRÓPOLIS SANT MIQUEL s. IX-XIX.
Las sepulturas antropomorfas son características de la alta edad media. La tumba era excavada en la roca con la forma del cuerpo humano. Reciben también el nombre de sepulturas olerdolanas, por ser en Olérdola uno de los primeros lugares donde fueron identificadas.





ATALAYA ROMANA s. I aC
Torre de vigilancia construida con grandes bloques regulares de piedra. Antiguamente estaba conectada con otras torres, esto permitía controlar el territorio y las vías de comunicación.



CASTILLO MEDIEVAL. s. X-XII
Aprovechando la atalaya romana, y adosada a ella, se levantó el castillo en la cima de la montaña. El edificio tenía usos militares y administrativos y era la residencia de los señores.




ESTRUCTURAS MEDIEVALES s. XI-XII
Aprovechando una pequeña plataforma del acantilado de poniente se encuentran estas casas, en el exterior del recinto, bajando por unas escaleras esculpidas en la roca se pueden observar un silo-cisterna y numerosos agujeros y encajes
















NECRÓPOLIS DEL PLA DELS ALBATS s. X-XI
En el exterior del recinto amurallado, desde la zona de picnic parte un camino que se adentra en pleno bosque y nos lleva a la Necrópolis del Pla dels Albats. Los restos de la capilla de Santa Maria se ven envueltos por un centenar de tumbas antropomosfas, muchas de neonatos y niños (albats), que dieron origen al nombre del lugar.






Se puede llegar a Sant Miquel d'Olèrdola por la autopista A-7, tomando después la carretera comarcal C-244 que lleva de Vilafranca del Penedés a Vilanova y la Geltrú. Sant Miquel d'Olèrdola se encuentra a 5 kilómetros de Vilafranca del Penedés, y el castillo a las afueras de esta localidad, por un camino que conduce al monte Sant Miquel.
En la puerta de las murallas se encuentra el parking y una zona de picnic. El precio de la entrada es de 2,30€, y todos los puntos de interés del recinto están bien informados con letreros que hacen una breve descripción en catalán, castellano e inglés, y detallan con un dibujo como era en su estado original. 
Los horarios del 16 de Octubre al 15 de Marzo, son en laborables de 10 a 14h, y de 15 a 18h, y en festivo de 10 a 16h. Del 16 de Marzo al 15 de Octubre, de 10 a 14h, y de 15 a 20h. Cierran los Lunes, 1 de Enero y el 25 y 26 de Diciembre.






En catalán


En catalán





ENLACES DE INTERÉS
http://www.mac.cat/esl/Sedes/Olerdola




SITUACIÓN