Es Vedrà (Ibiza)

viernes, 29 de enero de 2010


Es Vedrá, de 385 metros de altitud, es un islote colindante con otro llamado Es Vedranell, situados al suroeste de la isla de Ibiza frente al Cap des Jueu. Su superficie en tan sólo de 60 ha.

Su apariencia es un tanto extraña, de paredes casi verticales y de imponente aspecto, que al ponerse el sol, aparece como un fiero volcán en erupción y en el que casi no crece vegetación.

El acceso a los islotes es exclusivamente por mar y en embarcaciones privadas, pero es mal fácil sacar provecho de las impresionantes vistas que nos ofrece, contemplandolo desde la isla madre. Podemos llegar desde Ibiza tomando la carretera de San José-Es Cubells hasta llegar a Cala D’Hort, pero yo recomiendo hacerlo desde el Cap des Jueu, que es un acantilado cercano a Cala D’Hort que proporciona unas fascinantes vistas desde lo alto de la isla.









Para algunos investigadores de fenómenos paranormales, El islote de Es Vedrà, forma parte, junto al Peñón de Ifach (en Calpe, Alicante) y la costa suroeste de la isla de Mallorca, del llamado Triángulo del Silencio, una zona de unas características similares al conocido Triángulo de las Bermudas.

Al parecer, existe una relación directa de la zona con avistamientos OVNI, y diversos testimonios documentados de marinos y pescadores, aseguran haber visto pasar o navegar bajo sus embarcaciones extrañas luces entrando y saliendo del agua, incluso algunos isleños están convencidos que en sus alrededores existe una base submarina OVNI.

Se da, además, la singular circunstancia de que, en uno de los casos OVNI más importantes de España (caso Manises), tuvo lugar por la zona. Ocurrió el 11 de noviembre de 1979, cuando un avión comercial que hacía el trayecto Mallorca-Tenerife se vio acosado por un objeto no identificado, obligando a la tripulación a realizar un aterrizaje imprevisto en el aeropuerto valenciano de Manises. Se dio la particular casualidad que el avión volaba por encima de Es Vedrà cuando el comandante avistó el aparato no identificado.

Además, debido a la acumulación de minerales y metales, se le atribuyen a la zona propiedades de acumulación de energía, tanta que el campo magnético entorno a la isla desorienta a las palomas mensajeras y crea interferencias en los radares de barcos y aviones, llegando a afectar a corta distancia a sistemas tan tradicionales como la brújula.






El músico Mike Oldfiels que ha vivido varios años en Ibiza y es un enamorado de la isla, se aprovecho de las vistas de Es Vedrà para gestar la portada de su disco Voyager.


Como no voy a ser menos que Mike, ahí va la mía!



y las de Antonio, Mª Belén y Bea













En Ibiza hay muchos puntos de interés obligado, empezando por la zona del castillo de la misma ciudad, y continuando por las numerosas calas que ofrece la isla. De todas formas, si tenéis la ocasión de pasar unos días en Ibiza, no dejéis de visitar este rincón. Es un poco complicado de encontrar, pero por el mismo motivo, también es apacible, sosegado y encantador. Puede ser un punto de relax para contrarrestar las movidas e incansables noches fiesteras. Al amanecer, al caer el sol, al anocher, a la luz de la Luna, en cada momento del día o la noche, Es Vedrà no os defraudará.


Hacer click en el mapa para ampliar situación





Mont-Tremblant (Quebec, Canadá)

miércoles, 20 de enero de 2010





El Pueblecito de Mont-Tremblant, situado a pie de la montaña del parque nacional con el mismo nombre, se encuentra aproximadamente a 1 hora y media de Montreal, por carreteras perfectamente asfaltadas y cuidadas.

En Canadá, que es el segundo país más grande del mundo, no es necesario alejarse a penas de una gran ciudad, para adentrarse en la pura naturaleza, por lo que la hora y media de camino se realiza a través de puro bosque y montaña. El panorama será completamente diferente dependiendo de la estación del año que se visite, pero en todos los casos, precioso. El verde predominante se fusiona con el colorido de arbustos y flores en primavera-verano, amarronados combinados con verdosos apagados en otoño, y el absoluto blanco predominante en el frío invierno del país.

Al llegar a la villa, lo primero que encontramos, es que se sitúa entre la montaña y un lago con su propio puerto deportivo, lo que nos manifiesta que las posibilidades de entretenimiento y disfrute van a ser inmejorables.







El rojo y verde de las casitas pintorescas, conviven con el lujo de las excelentes boutiques, tiendas y fabulosos restaurantes. Evidentemente en esta villa no podemos esperar precios bajos ni grandes ofertas en sus tiendas, pero por supuesto, nadie está obligado a comprar.














 





Mont-Tremblant es un pueblo y región incorporado en la montañas Laurentian de Quebec, Canadá, aproximadamente 130 kilómetros al norte-oeste de Montreal.

Mont Tremblant "la montaña de los espíritus", deriva su nombre de los aborígenes locales, los algonquinos que se referían a ella como la "montaña temblor". Con la naturaleza intacta, los indios Algonquin que venían a cazar y pescar, regresaban a la región del Outaouais al final de la temporada.

Desde principios del siglo 18, los cazadores y comerciantes de pieles recorrían los lagos y ríos, la caza y el comercio de pieles de bonito con los algonquinos a cambio de baratijas.

A la vuelta del siglo 19, las empresas forestales descubrieron los inmensos recursos naturales de las montañas circundantes. Grandes árboles de pino y varios siglos de antigüedad fueron talados y enviados a Inglaterra para su uso por la marina británica, y posteriormente enviados al sur de la frontera para construir las ciudades de Boston y Nueva York. El bosque de Mont-Tremblant suministró la celulosa y papel a la industria de América hasta 1930.

En 1907, la familia Wheeler, que había emigrado de los Estados Unidos en 1894, fundó Gray Rocks Inn, que pronto se convirtió en un líder en la industria turística de los Laurentides y en todo Canadá. Gray Rocks Inn, empezó a ofrecer al público un paquete vacacional incluyendo un conjunto de actividades deportivas ala aire libre

Desde entonces, Mont-Tremblant aumentó su popularidad. Pensiones y hoteles brotaron por todas partes. El bosque circundante, el aire puro de la montaña y la sorprendente belleza de los paisajes, comenzó a atraer a Montrealeses ricos, así como a estadounidenses y europeos.

Gray Rocks sería el imán para los amantes del esquí para los años 20. Cada fin de semana entre 1920 y 1940, "Le Pétit Train du Nord"(El pequeño tren del norte) llevaría Mont-Tremblant a una animada cabalgata de hombres y mujeres jóvenes que buscaban la emoción de la aventura. Acompañado por el legendario Johannsen Jackrabbit, los miembros más aventureros de la “Red Birds Ski Club of Montreal” se quitaban el esquís de fondo por la mañana temprano, subían Mont Tremblant, y abrían camino a través del bosque esquiando, acabando el día en un calido albergue.

En 1938 Joseph Bondurant Ryan, un joven de Philadelphia heredero de una de las más importantes fortunas de ferrocarril de América, quien se encontraba en Canadá buscando oro, tras una expedición de escalada, descubrió “la montaña de los espíritus". Observando la belleza de las montañas nevadas a su alrededor desde la cima de Mont-Tremblant, Jo Ryan se comprometió a compartir la montaña con los demás, y decidió transformar este sitio en una villa alpina de clase mundial.

En 1939, Mont Tremblant abrió su primer telesilla hacia la cima de la montaña, dando el primer paso hacia la creación del gran Resort que hoy en día es.






Invierno en Mont-Tremblant













Parque nacional de Mont-Tremblant

El parque de Mont-Tremblant es el mayor (1 500 km2) de los parques de Quebec, y no esto no se puede desaprovechar. Si se está en disposición de fusionar la naturaleza con las actividades deportivas que esta localidad ofrece, la oferta es infinita. En Invierno, el sky se lleva la mayoría de los visitantes que se acercan a disfrutar fines de semanas y vacaciones hivernales. La respuesta está en que Mont-Tremblant ha sido nombrada en 2010 por los lectores de la revista Ski Magazine, el mejor resort de Ski del este de Norte América.

Cuando la nieve desaparece, las posibilidades de disfrute se multiplican. Podemos practicar, kayak, rafting, wakeboarding  y demás actividades acuáticas, alquilar lanchas motorizadas, kayaks, canoas, botes de pedales, bicicletas, y lista es interminable.

Yo no disfruté de ninguna de estas actividades, pero mis recuerdos son inolvidables. El tan sólo pasear por las coloridas calles de Mont-Tremblant y disfrutar de uno de los bellos parajes que posee este parque, vale la pena, y mucho. Subir a la cima de la montaña desde el pueblo con el telecabina, contemplar los alrededores de alguno de sus tres lagos (Ouimet, Tremblant y Mercier),  caminar por sus frondosos bosques de pinos, abotos y arces, e incluso ver corretear algún que otro mapache por la orilla de sus fríos ríos. Estaréis en la Canadá que siempre hemos admirado en libros y documentales.


 

















Otoño en el parque de Mont-Tremblant







Invierno en el parque de Mont-Tremblant












WEBCAMS                                            http://www.tremblantwebcams.com/e/index.html            http://www.tremblant.ca/galleries/webcams/index-e.htm


ENLACES DE INTERÉS
http://www.vivetremblant.com/
http://www.quebecenespanol.com/








Plaza Sant Felip Neri (Barcelona)

domingo, 17 de enero de 2010

En la Barcelona medieval, justo entre el barrio gótico y la pequeña judería, un recóndito rincón decansa susurrando al turista que pasea buscando fotos para sus recuerdos, que bien merece ser cuanto menos visitado.


De esquivo acceso y apenas a 50 metros de la Catedral, se encierra la plaza Sant Felip Neri. Aunque se oculta tímidamente, hay dos vías de arribada por donde adentrarse a esta joya del casco antiguo; una a través de un bonito arco perteneciente a la calle Montjuïc del Bisbe que comunica prácticamente con la Catedral, y una segunda atravesando un callejón que desemboca a la calle Sant Sever perteneciente al barrio judío.
La plaza recibe el nombre del santo (predicador jesuita, Florencia 1515 - Roma 1595) a quien está dedicada la iglesia situada en este lugar, una iglesia de estilo bárroco que se construyó entre 1721 y 1752.

En el centro de la plaza, donde antiguamente se había ubicado el cementerio de Montjuïc del Bisbe, hay una fuente que constribuye a dar a esta placita la última pincelada de encanto.
Actualmente el convento que perteneció a la iglesia, se ha convertido sin retocar la fachada auténtica en un colegio, por lo que en horas de recreo se pueden ver grupos de chiquillos jugueteando alrededor de la fuente. Niños que corren ingenuamente sin ningún temor a nada, siendo conscientes que en este rincón se está a salvo del imprudente tráfico urbano.

Comparten una esquina de la plaza, un hotel (Neri) y el museo del calzado. El museo muestra calzado desde el siglo II al XVIII y zapatos auténticos desde el siglo XVIII hasta la actualidad. También se conservan herramientas de zapatero, maquinaria y todo tipo de pieles y útiles propios del oficio. Existe un apartado dedicado a zapatos de personajes ilustres o populares, entre los que destacan los de Pau Casals y Charlie Rivel, así como puede contemplarse el zapato de Colón, de dimensiones iguales al pie de la estatua, que logró figurar en el famoso libro de récords Guinness como el mayor zapato del mundo


El 30 de Enero de 1938, en plena guerra civil, la plaza fue escenario de un intenso bombardeo por parte de la aviación franquista. Era el primer ensayo de bombardeo por saturación sobre una ciudad europea. La cosa consistía en atacar una zona y volver a hacerlo al cabo de poco tiempo. Se consigue así causar víctimas, no solo entre los ocupantes de las viviendas, sino también entre las personas que han acudido a prestar socorro. La primera explosión es lo que hoy llamaríamos una bomba trampa.
Imagen tras el bombardeo de 1938


En Sant Felip Neri, este ataque orquestado por la aviación italiana, tuvo lugar a las 9 de la mañana. El segundo, poco después de las 11h. Los lugareños se encontraban escondidos en el sótano de la iglesia. Desgraciadamente, al no ser construido como refugio de guerra, no sostuvo el impacto de la lluvia de explosivos. Hubieron 42 muertos, la mayoría de ellos niños. Las cicatrices de aquel desastre perduran en la fachada de la iglesia. Dicen que a veces la memoria borra los malos recuerdos, pero los mordiscos de la metralla en la puerta del templo seguirán rememorando aquel día fatídico.






Placa conmemorativa a las víctimas del bombardeo








El atractivo recoveco no ha pasado desapercibido a personajes del mundo artístico, como Carlos Ruiz Zafón que plasma el lugar en su exitosa novela La Sombra del VientoWooddy Allen hace a la plaza protagonista en su film Vicky Cristina Barcelona, al igual que Tom Tykwer en El Perfume, que esta vez la utiliza para recrear un París del siglo XVIII.